jueves, 14 de junio de 2012

LAS REPRESAS. PERSPECTIVA GEOGRÁFICO AMBIENTAL



LAS REPRESAS EN MISIONES DESDE UNA PERSPECTIVA AMBIENTAL
Licenciado Sergio Luis Páez. Doctorando en Geografía- Universidad del Salvador (USal)
La energía hidroeléctrica es expuesta muchas veces como una de las formas de producción energética de menor impacto ambiental, siendo presentadas como una verdadera alternativa para ir cambiando nuestras dependencias de los combustibles fósiles.
Los promotores de la misma también suelen hacer hincapié  en los beneficios económicos que trae para las regiones donde se emplazan: empleo, energía barata para la radicación de industrias, control de inundaciones, riego, infraestructura, en definitiva desarrollo.
En Misiones la presencia de este modelo de generación tiene en Yacyretá su ejemplo más contundente. Con casi 50 mil afectados directos y los cientos de miles indirectos, sus promesas de desarrollo incumplidos, la reaparición de enfermedades asociadas a su presencia y los miles de desplazados que aún hoy siguen reclamando resarcimiento.
El discurso de energía barata y amigable con el ambiente choca contra una realidad que está a la vista de todos. Se dice que la energía proveniente de las mega represas hidroeléctricas es más barata porque es renovable, pero no se tiene en cuenta el incremento de los costos de mitigación ambiental y sanitaria con que deben afrontarse sus consecuencias sobre la población y el ambiente local, tornando a la población misionera altamente vulnerable.
Los principales impactos que han generado y generarán  las construcciones de hidroeléctricas tienen  que ver con los graves problemas de desarraigo de las familias. La cercanía del río les permitía desarrollar actividades como la pesca, lavandería, olería, etc. Al ser desplazados no sólo perdieron sus orígenes sino también sus trabajos siendo llevados a ocupar grandes bolsones de pobreza, pasando a depender de la ayuda social que originaron entre esta población graves problemas de salud, fundamentalmente con estados de depresión.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y las Naciones Unidas (ONU), en el informe de “Enfermedades Parasitarias, Desarrollo Hídrico”, (1994), plantea que no se debe construir represas hidroeléctricas en zonas tropicales y subtropicales- la provincia de Misiones se encuentra en el subtrópico- por considerarlas “zonas de alto riesgo, tanto ambientalmente como sanitario”. Y porque, entre otros derechos, también se encuentra amenazado el derecho a la vida, debido al incremento de las condiciones favorables para la propagación de las enfermedades ya endémicas en estas zonas.
La reaparición de enfermedades como el Dengue, el Paludismo o Malaria, Fiebre Amarilla, Fiebre Tifoidea, Esquistosomiasis, Leishmaniasis, Parásitos, Alergias, Enfermedades de la Piel, de Ojos, tienen que ver con el estancamiento de las aguas que genera el represamiento del río. En Misiones la situación se agrava por la cantidad de agrotóxicos que se usan cada vez más en  los monocultivos y en las reforestaciones.
En Misiones la represa de Yacyretá inundó 170 mil hectáreas (140 mil en territorio paraguayo y 30 mil en territorio argentino), Corpus, inundará 17 mil hectáreas en los dos países y Garabí-Panambí, inundará 14 mil hectáreas, también en los dos países, con el consiguiente efectos socio-ambiental.
Es importante recordar que los emprendimientos hidroeléctricos en la región, deben entenderse dentro de la iniciativa para la integración de la Infraestructura Regional Sudamericana – IIRSA- ideado por los gobiernos latinoamericanos para desarrollar infraestructura, que facilite y abarate la extracción de los recursos naturales y de esta manera seguir saqueando los bienes de nuestros pueblos.
A partir de este artículo incorporamos otros para completar algunas perspectivas geográfico ambientales sobre el tema.


En total la represa dejó bajo agua casi 170.000 hectáreas y desplazó alrededor de 80.000 personas. También alteró los pulsos naturales del Paraná. Foto Glenn Switkes

Yacyretá: “el impagable costo económico, social y ambiental” Santa Fe, 11 marzo 2011. Fundación Proteger.

Tras 37 años de obras el embalse de la central hidroeléctrica Yacyretá alcanzó el 12 de febrero pasado la cota definitiva de 83 metros sobre el nivel del mar. Organizaciones ambientalistas de Paraguay y Argentina señalan que con la elevación del embalse otras 56.600 hectáreas fueron inundadas y advierten que unas 55.000 personas tuvieron que ser desplazadas. El Observatorio de Conflictos por los Recursos Naturales entrevistó a Jorge Cappato, director general de la Fundación PROTEGER.

Diez años después del informe de la Comisión Mundial de Represas.


La publicación de International Rivers (IR), “Protección de Ríos y Derechos: recomendaciones de la Comisión Mundial de Represas para la acción”, coincide con los diez años del célebre Informe Final de la CMR. El link se refiere al texto de la declaración de International Rivers con el apoyo de casi 80 organizaciones no gubernamentales y redes internacionales de todo el mundo.
El documento recuerda que las especies de agua dulce se están perdiendo a un ritmo alarmante, debido en parte a los daños causados por las represas y que el cambio climático aumentará los problemas provocados por las grandes hidroeléctricas.


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